Entrevista a un enceser – Parte 3

Cuando hablamos que en BonAmb respetamos y ponemos en alza nuestro entorno no solo hablamos de trabajar con producto de proximidad, elaborar una cocina con la mínima merma y ser un restaurante sostenible. Cuando afirmamos que queremos honrar la cultura de la Marina Alta, lo hacemos aprendiendo de su tradición, conociendo a su gente y escuchando a los grandes protagonistas que han escrito su historia. Para nuestra temporada 2023 nos hemos sumergido en el mundo de Les Pesqueres, puntos de pesca singulares y peligrosos en los acantilados de nuestra zona. Hemos hablado con Ximo Pastor, uno de aquellos valientes encesers que pescaban en estas pesqueras por una vida mejor.



¿Cuánto de peligrosa era l’Encesa y la noche colgado del acantilado en la Pesquera?

El arte de l’Encesa era peligrosa si no eras consciente en todo momento que el peligro era real. Nunca podías descuidarte ni un segundo y depende de lo cuidadoso que fueras era más o menos peligroso.

Muchas veces nos ayudábamos para arreglar y mantener en buenas condiciones la Pesquera de cada uno. También nos juntábamos para ir y volver al mar. Al salir de nuestra pesquera teníamos un punto de concentración con una roca con agujeros. En esos agujeros cada uno colocaba su trocito de leña personal y diferente al del resto, al entrar en la Pesquera. Ese trocito de leña se retiraba al salir de la Pesquera. Si al reunirse en la roca veíamos que el trocito de leña de alguno de nosotros no se había retirado se le esperaba y si era necesario se iba a buscarlo en el caso que no apareciera.

¿Y alguno de ellos ya no volvieron jamás a casa verdad?

Si lamentablemente. Ten en cuenta que muchos de mis compañeros no sabían nadar, demasiados. Aquí en mi calle cayó un compañero que no sabía nadar y no sobrevivió. Yo conocí a dos de ellos que desaparecieron. Los accidentes existen, es parte de la pesca. Éramos gente de campo con la pasión de ir cada noche a pescar al mar. Enganchaba, cada pesca exitosa provocaba más ganas de ir al día siguiente. Pescábamos cada vez más veces, ganábamos cada vez más en el mercado, pero seguían sin aprender a nadar aquellos que no sabían.