Nuestra temporada 2022 gira entorno de L’encesa, un arte de pesca milenario de la zona de nuestra Marina Alta. Rendimos homenaje a todos aquellos encesers que se jugaban la vida cada noche de invierno con el relato Enceser. Hoy el capítulo 9: Fin del invierno.
«Una mañana de finales de febrero me desperté en casa con el agradable sonido de las primeras aves que se atrevían a cantar después del largo de la larga temporada de lluvia y frio. El campo también despertaba poco a poco de su letargo y ya se podían ver algunos brotes en el huerto, hierba de verde intenso en los árboles frutales y algunos almendros abriendo sus bonitas flores blancas.
La alegría de ver nuestro campo cogiendo fuerza y vida, contrastaba con la tristeza de saber que la temporada de l’encesa llegaba a su fin. Muchos de mis compañeros ya habían recogido todo y cerrado sus pesqueras. Yo me resistía un poco más por la ilusión de haber sido mi primera temporada, pero tenía que dejarla arreglada en un par de días como máximo.
Los siguientes días dedicaba menos tiempo a la pesca y más a tareas importantes de conservación de la pesquera. Arreglaba cualquier desperfecto del canyís. Aplicaba grasa a hierros y metales para evitar su oxidación. Y cambiaba partes de cuerda que estuvieran agrietadas o rotas.
Y así, un domingo de principios de marzo, con mi pesquera arreglada y reforzada para aguantar los siguientes nueve meses, subí por última vez esa temporada por el escarpado acceso de mi punto de pesca. Regresé a casa con la luz tenue de la mañana, ya con cierta nostalgia, pero con ganas de que llegara la siguiente temporada de l’encesa.»