LA CREATIVIDAD CRECE EN EL ENTORNO

El gran valor creativo y conceptual para desarrollar y consolidar nuestro modelo y forma de entender la gastronomía después de unas cuantas búsquedas, lo teníamos delante: nuestro entorno. Es nuestro gran manantial de ideas, que van desde la manera de cultivar, pescar, de actuar, de comer y hasta la manera de vivir la vida. Y comprendimos que nuestro restaurante tenía que ser una pequeña ventana al mundo, para dar a conocer, de una forma totalmente altruista, la tradición culinaria, la gastronomía y el saber hacer que ha ido pasando de generación en generación, hasta nuestros días; dándoles nuestro enfoque y con el fin que cada persona que se acercara a nuestro restaurante comiera territorio y sintiera, por medio de la comida, toda la fuerza del magnífico entorno; ese manto azul del mediterráneo, de su luz y de su influencia en todo lo que baña y rodea.

Observación y recopilación de ideas
En pequeños gestos desde la inconsciencia, ya por observación del entorno, por los productos de la zona y la comunicación con pequeños productores empezamos a recopilar y aprender. Todos los elementos que nos rodean tienen algo que contarnos. Todo se ha originado o está ahí por algún motivo y simplemente hay que observar detenidamente sus procesos para entender de dónde venimos.

Mensaje
Es algo que va más allá que la simple línea gastronómica que uno quiera tener.  El mensaje es lo más importante y muchas veces se pierde en el camino. La importancia del mensaje que queremos transmitir influye en nuestras decisiones finales sobre el producto tratado. Mostrar el gran potencial que tiene nuestro entorno a los comensales es por tanto nuestro mensaje y transmitirlo de la mejor manera es nuestra responsabilidad.

Producto y técnica
Una vez que tenemos claro el mensaje, el medio para transmitirlo es a través del producto y la técnica. Qué producto queremos usar y por qué. Nuestra zona nos provee de excelentes pescados, frutas, verduras, vinos, carnes, hierbas, etc.. Por lo que solamente debemos aprovechar estos grandes productos de una manera tradicional, seleccionando el momento adecuado para hacerlo y la manera de conseguirlo más pura. Después entra en juego la técnica, respetando siempre este producto y enlazando con el producto tratado y con el mensaje que queremos transmitir.

Las expectativas de nuestros clientes importan
El motor que nos mueve día a día es intentar cumplir las necesidades de nuestros clientes. Vienen a vivir su experiencia gastronómica con unas expectativas, pero también esas expectativas las tenemos que crear nosotros mismos, teniendo la responsabilidad de hacer llegar al cliente, antes de su llegada al restaurante, el mensaje que queremos transmitir por diferentes medios.